Vos, que fuisteis columna de la Iglesia, alcanzad para ella eficaces y oportunos auxilios, gran fervor y espíritu apostólico a sus ministros y piedad y pureza de costumbres al pueblo cristiano.
Oh modelo de santidad y penitencia, hijo fiel y amante de María, que merecisteis que esta gran Señora cobijara en el cielo bajo su manto amoroso a vuestros hijos, obtenednos de ella que sostenga nuestra debilidad para no apartarnos en la tierra de las enseñanzas del Evangelio.
Bendecid, Padre querido, a nuestra Orden, sus casas religiosas, sus misiones, predicadores, cofradías, patronatos, asilos, colegios y universidades.
Y ya que en la tierra fuisteis poderoso en obras y doctrinas, sea también eficaz en el cielo vuestra intercesión para alcanzarnos santa vida y dichosa muerte.
Amén.