Cuando nuestro primer hijo nació el 23 de abril de 2005, yo caí inmediatamente enamorado de este pequeño paquete precioso y lleno de alegría.
Desde el principio, yo habría saltado delante de un camión sólo para protegerlo, pero a pesar de que tenía un montón de amor y buenas intenciones, yo no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo bien.
No tenía ni idea de lo que significaba ser un buen padre. Casi una década y dos hijos más tarde, Ashley y yo todavía estamos haciendo todo lo posible para averiguar todo sobre la crianza.
Desesperadamente queremos hacerlo bien, porque entendemos que criar a estos tres chicos es una de las responsabilidades más sagradas que Dios nos ha dado.
Aunque todavía tenemos mucho que aprender, nosotros hemos aprendidos algunas grandes lecciones en el camino las cuales nos han ayudado mucho y en gran medida, de manera que, de un padre a otro, quiero decírselos a usted con la esperanza de que los aliente a ellos de la misma manera en que nosotros lo hemos hecho con los nuestros.
A continuación, cinco lecciones que han alterado para siempre nuestra forma de crianza de los hijos:
"Inicia al niño en el camino que debe seguir, y ni siquiera en su vejez se apartará de él". (Proverbios 22,6)
Tus niños pueden hacer menos con casi cualquier cosa si eso significa tener más de ti. No puedo recordar quien fue el primero que compartió este principio conmigo, pero me ha ayudado a mantener mis prioridades en su lugar.
Mientras es mi responsabilidad el ser el proveedor de mi familia, y llevar ese deber muy en serio, también entiendo que mi presencia física en sus vidas es más importante que darles el último sistema de videojuegos.
No utilices el enojo para conseguir alguna acción de sus hijos; utiliza la acción para conseguir alguna acción de sus hijos.
El Dr. James Dobson de "Enfocado en la Familia" enseñó esta lección. Esto me desafió a no responder a mis hijos con el enojo y la emoción para conseguir que ellos se comporten.
En su lugar, trato (y a menudo aún fracaso) de comunicar con claridad el castigo por mal comportamiento y luego actúo de inmediato de una manera sensata para llevar a cabo la disciplina cuando los niños se portan mal.
Tú no tienes por qué ser la influencia más brillante o más bonita en la vida de tus hijos; sólo tienes que ser el más cercano.
Un amigo compartió una historia sobre una oportunidad en que estuvo fuera de la ciudad en una noche de verano y se dio cuenta de todas las luces alrededor: La luna, las estrellas, las luces de la ciudad distante, etc., pero cuando una luciérnaga iluminó justo al lado de su ojo, ese rayo de ese pequeño insecto fue todo lo que pudo ver.
Él dijo entonces que tenemos que ser de esa misma manera con nuestros hijos. Ser la luz más cercana y ellos siempre se darán cuenta de nuestra presencia e influencia.
Las normas de convivencia nunca significarán nada para sus hijos sino está presente una buena relación Padre-hijo
Una pareja a la que admiramos enormemente y quienes han estado casados durante 50 años y criaron cuatro hijos exitosos comparten este sencillo principio con nosotros.
Ellos dijeron que sus hijos no se preocupaban por sus reglas hasta que ellos tuvieron la certeza de que esas reglas estaban motivadas por el amor.
Mientras que el padre es el responsable final y el que dará cuenta por sus hijos, los padres no deben sentir como si van por su cuenta.
Construya relaciones sanas en su Iglesia, con buenos amigos y con consejeros de confianza que puedan invertir tiempo de calidad en usted y sus hijos. Su familia será más saludable y más fuerte a causa de esas relaciones.
No ponga su matrimonio en espera por el bien de sus hijos. Uno de los mayores regalos que puede darle a sus hijos es que ellos noten la seguridad que viene de ver a su mamá y a su papá en una relación amorosa, comprometida con los demás.
Ame bien a su esposa, porque sus hijos están observando y les está enseñando lo que es el amor y el matrimonio.
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Publica: Coordinación de Prensa y Comunicaciones Canal Cristovisión
Fuente: ACI Prensa